«L’enfer, c’est l´Autre» (El infierno son los otros) nos dijo Sartre, en el sentido de la manera en la que nos cohibimos para que la mirada ajena que constantemente nos examina no nos tache. El infierno nos acecha de tal forma que nosotros mismos nos convertimos en el infierno. Faucault nos habló de las libertades: “En cuanto al poder disciplinario, se ejerce haciéndose invisible; en cambio impone a aquellos a quienes somete un principio de visibilidad obligatorio”. Vivimos en una falsa sensación de libertad, “En la civilización industrial avanzada prevalece una confortable, tersa, razonable, democrática no libertad”. Herbert Marcuse