De pequeño, mi madre me decía que dejara de ver la televisión y me pusiera a hacer cosas más interesantes. Hoy en día tengo que agradecérselo, ya que si eso no fuera así jamas habría leído. Y de tanto como leí cayó en mis manos el cómic Los muertos vivientes (the walking dead) de Robert Kirkman. Actualmente veo que estoy rodeado de esos muertos vivientes y que el virus que los ha corrompido ha sido esa mal llamada caja tonta, que de tonta no tiene un pelo, pero que si atonta a las mentes. Una frase de Horkheimer ilustra perfectamente esta teoría: “Lo que hoy en día se conoce con el nombre de entretenimiento popular, responde en realidad a una necesidad creada artificialmente por la industria de la cultura, manipulada por ella y, por consiguiente, depravada”.

 

Anuncio publicitario

«L’enfer, c’est l´Autre» (El infierno son los otros) nos dijo Sartre, en el sentido de la manera en la que nos cohibimos para que la mirada ajena que constantemente nos examina no nos tache. El infierno nos acecha de tal forma que nosotros mismos nos convertimos en el infierno. Faucault nos habló de las libertades: “En cuanto al poder disciplinario, se ejerce haciéndose invisible; en cambio impone a aquellos a quienes somete un principio de visibilidad obligatorio”. Vivimos en una falsa sensación de libertad, “En la civilización industrial avanzada prevalece una confortable, tersa, razonable, democrática no libertad”. Herbert Marcuse

Bendito Capitalismo”. Todo es comprable y todo es vendible pero, ¿a costa de qué? El mayor arma de doble filo del siglo XXI; nuestra moralidad es un papel mojado gracias a las mentiras e injusticias que nos aporta este sistema. Afortunadamente hay opiniones varias como la de Ayn Rand: “Defendemos el capitalismo porque es el único sistema orientado hacia la vida de un ser racional”, que pueden ser cuestionadas en la sociedad actual y férreamente criticadas y cuestionadas. Gracias Horkheimer por tus sabios mensajes: “Que la injusticia no sea la última palabra”.

Somos esclavos de las cadenas que permitimos que nos pongan, en un mundo cada vez mas homogeneizado, no hay espacio para la libertad personal, así como a los individuos que se desmarcan de las lineas marcadas hay que poder marcarlos para de esta manera tenerlos controlados. Cabe destacar llegados a este punto las palabra de Benjamin Franklin que a pesar del tiempo que ha caído sobre nosotros aun serían mas que nunca aplicables, “Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal, no merecen ni libertad ni seguridad.” o como nuestro amado y loco Quijote a su cuerdo escudero Sancho, “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.” y aun así vivimos es una sociedad destinada al suicidio de la libertad.


Con este proyecto aporto mis dudas sobre la sociedad en la que vivimos, sobre sus fallos, sus mentiras, su falsedad hacia el pueblo, acompañados de los engaños en los que vivimos inmersos, como escribió Alan Moore en V “El pueblo no debería temer a sus gobernantes, son los gobernantes los que deberían de temer al pueblo.” Lapices y balas conforman mi carta de presentación, convirtiendo en un símil del daño que pueden realizar y abordando el problema, planteando dudas desde la materia plástica “Los artistas mienten para decir la verdad mientras que los políticos mienten para ocultarla.